Este artículo se publicó originalmente en El Economista, en su sección firmas.
Plantea cómo este tipo de fenómenos, que comienzan siendo para las marcas una ocasión de posicionarse (por ejemplo, para que algunas más pequeñas consigan darse a conocer), poco a poco se van convirtiendo en movimientos masivos, generando así un coste de oportunidad para quienes no entran al trapo, pero perdiendo el sentido originario, además de en muchos casos dando espacio a prácticas abusivas o engañosas (como las clásicas subidas de precios previas a las rebajas).
Sin embargo, el flujo comunicativo puede contribuir a la difusión de alternativas en direcciones totalmente contrarias, como, en este caso, el #givingtuesday que busca reorientar ese fervor consumista con fines más solidarios.