Por Alba Correa para Vogue
En este artículo se plantean las opciones reales con las que cuentan las familias que procuran criar a sus hijes de forma alternativa a la indicada por el binarismo de género.
¿En qué medida los planteamientos internos de cada familia se pueden mantener cuando las criaturas participan también de otros contextos donde los estereotipos de género tradicionales están marcados? ¿Qué herramientas se les pueden dar para enfrentarse a la disonancia entre lo que oyen en casa y lo que pasa en el colegio o en el parque?
Una cuestión compleja y llena de matices más allá del peinado o de la ropa, que atraviesa la forma en que se concibe la educación para el cambio social.