Un buen día, un amigo se suscribe en Spotify a una lista llamada «Esta lista no se escucha, se lee«. Como en el «No pienses en un oso blanco», el impulso inmediato es abrirla para escucharla. Pero nunca llegas a ese punto, porque al abrir la lista te encuentras esto:
En el sector de la publicidad casi todo el mundo conoce casos de CVs espectaculares. Y es que si hay un sector donde el personal branding tiene sentido, es este, evidentemente, porque es el único donde tienes que saber de branding, en primer lugar. Hay gente muy buena en publicidad y el primer paso es entrar en una agencia, un proceso que según tengo entendido se parece bastante a la Divina Comedia.
En ese sentido, quizás a nadie le impresione gran cosa a priori, pero esta lista tiene más de 1000 suscriptores. Y a quien me pregunte por el call-to-action, las últimas canciones componen su nombre y número de teléfono.
Si alguien es capaz de escribir un CV con las piezas de puzzle que tiene a su servicio en una base de datos de canciones, entonces creo que es capaz de escribir cualquier cosa.
Estoy deseando tener que contratar un copy y poder encontrar uno así. La envidia me corroe, honestamente.